UNA REFLEXIÓN DE AMOR

Cuando ves a las muy buenas personas irse de este mundo, pasan muchas cosas por la cabeza.

¿Qué nos llevamos?

Nuestros actos, nuestros afectos, los comportamientos. También tener principios, eso que no está de moda pero algunos ya somos suficientemente mayores como para tenerlos por código de conducta:
Ser de palabra, ayudar si se puede, disculparse sin soberbia, saber perdonar, propiciar las conciliaciones.
Respetar y hacerlo más cuanto más mayor, enfermo, discriminado, olvidado es quién va a recibir ese respeto.

Me dan pena quienes me retiraron el saludo, los que pasaron de largo sin verme, los que me mintieron, los que me empujaron a sentir fealdades con su forma de hacer tan mal las cosas.

Me dan pena porque yo también he hecho alguna vez esas mismas cosas y siempre salí perdiendo:
Perdí gente bella, gente por conocer, parte de mi educación, parte de familia. Perdí ganas de seguir teniendo principios… Y no puedo como no puedo dejar de confiar en la palabra y la bondad de las personas, por muchas traiciones que me haga el tiempo.
Son traiciones que duelen en el alma, pero son por inmadurez, falta de perspectiva, no entender lo importante de la vida, lo frágiles que son los orgullos momentaneos, el atrevimiento pueril.
Sí, me dan pena porque algún día será tarde, verán lo que hoy yo veo y me habré ido como la persona que, al haberse ido, me ha hecho reflexionar muy adentro.

Sé qué me dirías: «No se puede perder lo que nunca se ha tenido.» Lo soñaste, porque la verdad no cambia. No sientas pena, no se enteran de que lo que se da se recibe y si no les gustas es porque les das el reflejo de sus propios errores.

Pierdo oportunidades, vivencias, alegrías, aliados, cosas que compartir, vida al fin y al cabo… todos pierden también, lo sepan o no, hasta los más inocentes que no lo merecen.

Cosas de gente que no sabe todavía lo más importante de la vida: Principios, buenos actos, afectos verdaderos, comportamientos conciliadores.

Cosas mías… que tengo la mejor pareja del mundo y su vida es mi vida, mi vida es la suya. El querer compartir todo sin límites.

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GUSTAV KLIMT: DOS CUADROS LLAMADOS «SERPIENTES EN EL AGUA»

SIMBOLOGÍA DEL AGUA Y LA SERPIENTE

El significado espiritual de las serpientes está estrechamente relacionado con la sabiduría, poder y la salud (el caduceo), algunas culturas consideran que representa la fuerza y la superioridad sin igual.

En la mitología griega, Lamia era originalmente una mujer hermosa, posiblemente hija del rey Belo, que se convirtió en amante de Zeus. Tenía el cuerpo de una serpiente y los pechos y la cabeza de una mujer.

FREUD Y LA INTERPRETACIÓN ONÍRICA:

El agua, según la teoría freudiana, es la vida. Te sumerges de ella, sales de ella, te da la vida o te ha salvado.

La serpiente para Freud era el símbolo más importante para el órgano sexual del macho, ya que la serpiente está asociada con un poderoso vínculo masculino entre él y una hembra, y que está asociada con sentimientos de «poder sexual» en un sueño, un símbolo de posible fertilidad.

¿QUÉ SIMBOLIZAN LA SERPIENTE Y EL AGUA EN EL ARTE?

La serpiente se convirtió en símbolo de la sabiduría, riqueza, prudencia, fortaleza, salud, convalecencia, longevidad, rejuvenecimiento e inmortalidad.

El agua te limpia, te purifica, te ayuda a deshacerte de lo que no te sirve y, por supuesto, te anima a fluir, a aceptar, a no resistirte, a seguir el curso de la vida.

GUSTAV KLIMT

Klimt en 1887 y 1914

Gustav Klimt (14 de julio de 1862 – 6 de febrero de 1918) fue un pintor simbolista, maestro del retrato modernista, austriaco y uno de los miembros más destacados del movimiento de la Secesión de Viena. Se le sitúa dentro del Art Nouveau.

Klimt se destaca por sus pinturas, murales, bocetos y otros objetos de arte. El tema principal de Klimt era el cuerpo femenino, sus obras están marcadas por un franco erotismo. Además de sus obras figurativas, que incluyen alegorías y retratos, pintó paisajes. Entre los artistas de la Secesión de Viena, Klimt fue el más influenciado por el arte japonés y sus métodos.

Al principio de su carrera artística, fue un exitoso pintor de decoraciones arquitectónicas de manera convencional. A medida que comenzó a desarrollar un estilo más personal, su obra fue objeto de controversia que culminó cuando las pinturas que completó hacia 1900 para el techo del Gran Salón de la Universidad de Viena fueron criticadas como pornográficas. Posteriormente no aceptó más encargos públicos, pero logró un nuevo éxito con las pinturas de su «fase dorada», muchas de las cuales incluyen pan de oro.

A principios de la década de 1890, Klimt conoció a la diseñadora de moda Emilie Louise Flöge (hermana de su cuñada) que sería su compañera hasta el final de su vida. Su pintura, El Beso (1907-08), se cree que es una imagen de ellos como amantes. Ella diseñó muchos trajes que Klimt utilizó en sus obras.

Mientras trabajaba y se relajaba en su casa, Klimt normalmente usaba sandalias y una bata larga sin ropa interior. Su vida sencilla fue algo enclaustrada, dedicada a su arte, su familia y poco más excepto el Movimiento Secesionista. Evitaba la sociedad de cafés y rara vez socializaba con otros artistas. La fama de Klimt solía atraer clientes a su puerta y podía permitirse ser muy selectivo. Su método de pintura fue muy deliberado, minucioso a veces y requirió largas sesiones de sus sujetos. Aunque muy activo sexualmente, mantuvo sus asuntos discretos y evitó el escándalo personal.

Klimt escribió poco sobre su visión o sus métodos. Escribía principalmente postales a Flöge y no llevaba un diario. En un escrito poco común llamado «Comentario sobre un autorretrato inexistente», afirma «Nunca he pintado un autorretrato. Estoy menos interesado en mí mismo como sujeto de una pintura que en otras personas, sobre todo mujeres … No hay nada especial en mí. Soy un pintor que pinta día tras día de la mañana a la noche … Quien quiera saber algo de mí … debe mirar atentamente mis cuadros «.

7 cuadros imprescindibles de Klimt

KLIMT Y LAS MUJERES

Las mujeres irreales de Klimt plasman el miedo que el artista y sus congéneres poseían sobre la mujer del momento. Ella es la que puede destruir el patriarcado, pero también la que puede acabar con el hombre, esta fuerza destructora femenina se encarna en un erotismo y sexualidad que será clave en el artista. Para el pintor, el arma de la mujer es su cuerpo, es ella misma, y ahora que es consciente de ello puede aniquilar al hombre.

Consiguió transmitir en cada uno de sus cuadros la superioridad erótica de la mujer. La mujer tiene una presencia absoluta en toda la obra de Klimt que aparece como protagonista de su tiempo.

Son ellas las que mandan, en el siglo XIX, contra la represión sexual y de todo tipo del patriarcado.

Klimt y las chicas

Vemos en el siguiente vídeo mujeres de rostro serio, fuertes, empoderadas, con gestos femeninos en las manos. Nos dan la sensación de independencia.

LOS DOS CUADROS CON EL MISMO NOMBRE

“Serpientes de Agua I” (1904) y “Serpientes de agua II” (1904-1907) son dos obras del pintor simbolista austriaco Gustav Klimt. Por algo les daría el mismo nombre, tal vez porque quería decir lo mismo en ambos, aunque sean muy diferentes.

Esbozaremos las similitudes con otros cuadros del mismo pintor, que parece dar visiones parecidas en al menos 5 de sus obras (contando los 2 que nos ocupan), que son las mujeres como serpientes y además dentro de agua. Como veremos más tarde en un sexto cuadro posterior, Amigas, ya no hay agua (que protege) ni serpientes (fuerza, simbolismo masculino). Es la evolución dentro de la mente de Klimt de la mujer como la pulsión sexual, la parte femenina de su propia personalidad de hombre y el reflejo de la mujer en su época de finales del siglo XIX e inicios del XX.

Serpientes de agua I , mostrada en la Galeria Mietke de Viena en 1907 por primera vez y expuesta en 1911 como Las hermanas en el pabellón austriaco de la Exposición Internacional de Roma, fue realizada con acuarela, temple y aplicaciones de hojas de oro y plata sobre pergamino. Semejante despliegue técnico está al servicio de un tema que por aquellos años suscitaba un gran interés: el amor y la sensualidad entre mujeres. Dentro de la trayectoria de Gustav Klimt Serpientes de agua constituye una de las interpretaciones en torno a un motivo, la amistad femenina, presente tanto en su producción anterior (Peces de plata y Peces de oro en vertical, Agua en movimiento en diagonal) como en las realizaciones posteriores.

Peces de plata (1899)
óleo sobre lienzo 82 x 52 cm
Zentralparkasse, Viena
Peces de Oro (1901-1902)
Óleo sobre lienzo, 150 x 46 cm.
Colección particular.

Teniendo en cuenta que nos hallamos en la Viena de Sigmund Freud y sus teorías psicoanalíticas sobre las pulsiones eróticas procedentes del inconsciente que se esconden tras la represión de la conciencia, y puesto que lo que se representa es el baile sinuoso de dos criaturas acuáticas que, según la tradición, son de posible naturaleza hermafrodita. La lectura de la obra puede ser doble, según los expertos, respectivamente: por un lado la representación o materialización del puro instinto de esas fuerzas incontrolables que habitan en el subconsciente empantanado de nuestra mente; por otro, el fluir sutil y el erotismo entremezclado de la sexualidad femenina.

Ambas interpretaciones se ven envueltas por una atmósfera oniríca lograda tanto por el empleo de diversos fondos decorativos, que en la relación de unos con otros generan una sensación de profundidad acuática, por los cuerpos de forma estilizada que vemos.

Serpientes de agua II , tiene la técnica de óleo sobre lienzo y otras características diferentes de su primera versión. Permite establecer una comparación más evidente con el temprano Agua en movimiento (1898) por la desintegración horizontal en la que están los cuerpos de las mujeres mientras fluctúan serenas, adormecidas, con unas ondas del agua que enredan sus cabellos entre algas doradas y flores de intenso colorido. El erotismo que desprenden las dos versiones definitivas de Serpientes de agua  es más que evidente en los estudios y bocetos en los que el único motivo compositivo es la sensualidad de la mujer, sola o en pareja.

Agua en movimiento (1898)

SERPIENTES EN EL AGUA I

Serpientes de agua I (1904 retocado en 1906-1907)


Técnica mixta sobre pergamino, 50 x 20 cm. Vertical.
Viena, Galería museo Belvedere.

La obra posee un carácter preciosista. Klimt la realizó sobre pergamino, utilizando acuarela, temple y pan de oro y plata, y pidió a su hermano Georg, como en otros casos, que le repujara un marco en plata cincelada.

El pintor representa una nueva variación sobre el tema acuático donde domina lo decorativo, aunque la idea del movimiento flotante se mantiene en la ondulación de las líneas. La connotación marcadamente sensual de las versiones anteriores ha desaparecido, dejando paso a una atmósfera soñadora.

Las dos figuras, antinaturalmente alargadas, devienen elemento ornamental; Hevesi observaba que «el cuerpo humano ha sido utilizado como única materia prima para las formas de una alegre fantasía». Y añadía: «Es de nuevo una escena de mosaico, pero enriquecida por la atención prestada al movimiento de las plantas».

En 1903, Klimt había estado dos veces en Rávena y Hevesi habla de bizantinismo en relación con sus cuadros de esta época, donde el oro es protagonista y cada centímetro de la superficie se llena de pequeñas figuraciones, como si el artista estuviese componiendo las teselas de un mosaico.

Este cuadro es un perfecto testimonio de ello: bulle de resplandores y de detalles diminutos, que se entrecruzan, se superponen y se transmutan unos en otros sin solución de continuidad.

El abrazo de las dos mujeres pierde en el conjunto toda connotación sexual y adquiere una naturaleza de friso antiguo. En la reelaboración del cuadro desde su primera formulación, Klimt acentuó justo este aspecto.

Originariamente se evidenciaba la delgadez de los dos cuerpos, los huesos, dando una sensación de sufrimiento. En la versión definitiva, las figuras casi parecen elementos vegetales. Los cabellos y algas, peces y cuerpos están estrechamente emparentados y Hevesi pudo anunciar que nuestro tiempo hiperartístico ha encontrado un nuevo modo de expresión.

SERPIENTES EN EL AGUA II

Serpientes de agua II (1904, retocado en 1906-1907)
Óleo sobre lienzo, 80 x 145 cm. Horizontal.
Colección particular.

En Agua en movimiento (obra previa con similitudes) había seres siniestros (amenazas) y mujeres sin contacto físico, inertes, en ondulación que manifiesta movimiento como su nombre indica. Es una espera sexual pasiva. Ya hay agua como pureza y protección.

La segunda versión de Serpientes en el agua, realizada en 1904 y re-elaborada tres años después, acentúa el carácter sensual del que la otra había sido parcialmente depurada. La composición se organiza ahora en horizontal. En la superficie, como en un friso, se alargan los cuerpos de las modernas sirenas.

Cuatro figuras de mujer llenan la superficie, entrelazándose con las algas, a su vez confundidas con las masas de cabellos, claro símbolo erótico.

Klimt da a la representación un explícito sentido sáfico: mientras que una «ondina» flota dormida dando la espalda al observador, los rostros de otras dos se acercan en íntimo susurro. La figura en primer plano establece contacto con el exterior invitándonos con la mirada a participar en la atmósfera lasciva del cuadro y se retira el cabello del rostro con la mano.

También en este caso el espacio del lienzo es casi sofocado por la superposición de infinidad de detalles y Klimt se vale de la técnica de adición del mosaico, si bien renuncia al carácter de joyero preciosista del cuadro anterior.

Hevesi destacaba la carga sensual de la obra, que no dejó de molestar al público de la XX muestra de la Secesión, observando que «estas criaturas marinas no hacen nada más que dar volteretas y ondular en curvas flexibles».

Ponía además de manifiesto el acento onírico de la obra, referido al carácter ilusorio de la tentación del amor: «Quizá antes era simples ondas, ahora son seres nacidos del agua, pero dentro de cinco minutos volverán a desvanecerse».

En los años finales del siglo XIX se produce una reinterpretación del papel de los sexos, produciéndose una fuerte revalorización de lo femenino denominada «autofeminización» que indica «la aceptación de la femineidad por parte del hombre» en palabras de Sylvia Eiblmayr. Esto provocaría que la imagen masculina desapareciera de la pintura para ser monopolizada por la figura femenina. Entre los artistas que lideran esta «autofeminización» encontramos a Klimt como figura destacada, al mostrar el «mundo con forma de mujer«. Según Carl E. Schorske se trata de la «revuelta de Edipo». Un excelente ejemplo de esta espinosa cuestión filosófica sería el lienzo que contemplamos, protagonizado por mujeres entrelazadas en un mundo lésbico. Así los cabellos de las mujeres se entrelazan con las algas marinas y las florecillas, acentuando la sensualidad de sus bellos y estilizados cuerpos. El pintor vienés recurre a los mosaicos bizantinos, fuente para la apariencia decorativa que envuelve la composición, sintiéndose atraído por las composiciones que decoran las paredes de las iglesias de Ravena. Ese bizantinismo también se manifiesta en los colores e incluso en la ausencia de perspectiva, tendiendo a la bidimensionalidad. El resultado es una obra cargada de erotismo en la que las líneas curvas dominan, apreciándose la facilidad para el dibujo demostrada por el maestro a lo largo de toda su carrera.

También se conocen los cuadros de Serpientes en el agua como Amigas a causa de las similitudes que en numerosas ocasiones se les han encontrado, como la primera versión del tema, respecto al posterior cuadro Las amigas ( 1916 -1917).

Las Amigas (1916-1917)

MI INTERPRETACIÓN SIN SABER DE ARTE

SERPIENTES EN EL AGUA I

Descripción: Dos mujeres están juntas, se ve el pecho y el rostro serio como dormido de la que abraza a la otra, que está detrás de la abrazada pero llena más la obra aún estando estilizada y sin vérsele más que la espalda o lateral izquierdo (por la curva que se ve). Hacia abajo cubre a la que abraza. Están vestidas de cintura para abajo. Podría intuirse una concha ondulada detrás de la mujer que abraza. Un pez azul abajo, una gran anaconda detrás, algas de oro abajo y verdes arriba. Dos espirales sueltas y muchas mas en lo que parece ser una concha, muy frecuentes en la obra de este pintor.
Predominan el ocre (piel), oro y amarillo, gris de fondo, algo de azul y mínimos verdes.

Dentro del estilo lujoso y detallista muy propio del autor, que denota su peculiar personalidad única, totalmente reconocible, interpretemos la obra:

Vemos el cariño entre dos mujeres. Se intuye una tímida sensualidad (el cabello está suelto pero cubre el cuello). Una abraza a la otra. La que abraza, delante, va hacia abajo desapareciendo detrás, en una torsión. Es como una unidad en la dualidad, un baile de contacto, son un conjunto cerrado en el girar. Nos enseñaría que las mujeres como unidad se empoderan, es lo que domina la escena. Es un fluir lento (están dormidas). Tienen detrás el fuerte dominio masculino (la enorme anaconda).
El agua, el pez, las algas, los colores azul y verde, son la vida en su curso alrededor, el fluir natural de la evolución del mundo puro y limpio.

SERPIENTES EN EL AGUA II

Descripción: Cuatro mujeres, dos vestidas al fondo, una con cabello oscuro y ropa oscura, lleva la boca tapada hasta la altura de la nariz. Otra pelirroja y con vestido más vivo, rojizo. Dos totalmente desnudas delante. Llevan flores en el pelo, largo y suelto. Hay algas oscuras y flores por toda la obra excepto sobre la piel desnuda. No se abrazan, reposan en horizontal, las vestidas en un como cuchicheo. La desnuda boca abajo que nos mira sensualmente.

Dentro del estilo detallista y lleno de color, muy propios del autor, que denota su peculiar personalidad única, totalmente reconocible, interpretemos la obra:

La mujer es la imagen de sí misma y de su sexualidad plena (desnudez), que es lo que primero se aprecia sobre el resto de la obra. Los vestidos refuerzan la feminidad en este cuadro. Hay mucha sensualidad (cabellos sueltos y libres)
La primavera de la belleza (flores) es una representación del alma, son un símbolo del amor y la armonía. Al ser de varios colores son mujeres de mente abierta, positiva, adaptable, flexibles.
No hay gestos cariñosos entre las cuatro damas, es la autoafirmación individual sexual femenina y con diversidad entre ellas, teniendo en cuenta las mujeres que hacen de fondo. Aumenta al doble el número de mujeres que en el cuadro anterior, denota el reconocimiento del aumento de fuerza (pues siguen siendo serpientes aunque no lo parezcan tanto, al ser menos estilizadas), con una vida alrededor (agua) limpia y pura. No hay amenazas, la amenaza masculina ya no se ve en aras de la feminidad (la anaconda es sustituida por los vestidos) al estar vestidas enteras. La invitación visual es una provocación sensual a formar parte de la escena, el inicio de un encuentro lésbico, pues no hay figuras masculinas.
Son más libres y fuertes. Posiblemente el artista ha descubierto mas su lado femenino y lo aflora. Este cuadro es mucho mas sensual que el I, aunque también más individual, con mujeres más inconexas, más independientes, pero muy cercanas y es mas afirmativo de la mayor importancia femenina, los avances en la búsqueda que la mujer tiene de empoderamiento.

NOTA: Es el preludio de Las amigas, dos mujeres que juntan autoafirmación, sexualidad (desnuda) y la feminidad (vestida). Se encuentran en el punto de vivir un cambio muy positivo en su vida (pájaros de bellos colores), que es ser una pareja lésbica. Hay alegría, amor, pasión, sensualidad y deseo (arriba hay una rosa roja). Se siente excitación y felicidad (color rojo), plenitud.

RESUMEN:

Klimt nos expone en estos dos cuadros dos aspectos de las mujeres:

1. Mujeres luchadoras frente al dominio patriarcal, la rebeldía en común da poder.

2. El disfrutar todos los aspectos como mujeres fuertes y especialmente el sexual, con feminidad, independencia, libertad e invitación al espectador.

DORMIDA SUEÑO, COMO TODOS

Los sueños… Ese momento donde todo es posible, la mezcla de la realidad y la fantasía, nuestra dimensión y las demás. Son una de las partes de dormir, en la fase de movimientos oculares rápidos, llamada MOR o en su traducción inglesa REM.

No quiero repetir lo que ya está en la Red y explica a qué nos estamos refiriendo La fase REM del sueño

«La naturaleza no hace nada porque sí. Si soñamos unas dos horas cada noche debe de servir para algo importante desde el punto de vista evolutivo y adaptativo.» Párrafo sacado de este bastante riguroso artículo, imprescindible de leer El enigmático mundo de los sueños

Todos los seres humanos soñamos. Nuestros perros sueñan y es de lógica que lo harán muchas especies animales.

Todo lo que ocurre en los sueños, por raro que sea, es normal y no significa ninguna enfermedad mental, es un mundo libre en ese aspecto.

Hay sueños frecuentes en muchas personas y otros que no lo son tanto. Es curioso que a veces no los contamos como si fueran a desnudar nuestro yo interior, a quitarnos las máscaras sociales usadas en la vigilia.

Prueba a buscar el significado de algún sueño tuyo. Verás montones de interpretaciones distintas en las diferentes páginas. Científicamente demostrable ninguna, aunque algunas son la base de escuelas enteras de psicología. También hay intentos esotéricos de explicarlos. La interpretación de los sueños nos interesa y no es posible hoy por hoy. ¿Aproximaciones? Puede ser, más como no se pueden demostrar, contar los sueños no da muchas pistas de ese interior desenmascarado.

Hay sueños recurrentes, que tienen parecido entre ellos, y son los que a mí me resultan más interesantes. Porque la mayoría de veces soñamos cosas del o de los días anteriores a ellos, como un cierre de ese tema. Yo creo que nuestro cerebro con ellos hace una tarea de limpiarse, descansar y desechar. También es una conjetura sin base científica. A veces hay que filosofar, con nuestra lógica, y dejar algo de lado a la ciencia incompleta que no abarca toda la realidad.

En mi caso hay 3 sueños recurrentes, uno de ellos es una verdadera pesadilla, aunque ninguno es agradable.

LOS TELÉFONOS IMPOSIBLES:

Fotomontaje hecho por mí

El teléfono pegado a un techo muy alto sin poder alcanzarlo, o sin números, con lo que no se puede marcar, o roto, con el cable o la línea cortados, a veces al otro lado de un camino que precipita al vacío. No recordar el número que marcar y un largo etcétera. Desde mi adolescencia aparecen con frecuencia y aún ahora alguna vez, pero ya poco.

Yo lo achaco a problemas de comunicación. Lo que pueda significar de verdad lo ignoro.

Soñar con teléfonos

HUIR O ESCAPAR

Estar corriendo dentro de un gran centro comercial cerrado fuera del horario, porque alguien me busca para hacerme daño, sin saber quién es.

Un psicópata en moto a toda velocidad por los pasillos de un hospital y esconderme en una habitación con gente, en silencio, para que no nos encuentre.

Correr y correr por la calle o por un bosque por pensar que alguien peligroso viene detrás, tal vez.

Soñar que se huye

SOÑAR CON PERSONAS TORTURADAS

Ver personas con torturas medievales, pinchos que las atraviesan, otras con cortes múltiples en todo el cuerpo, colgados, verdaderas atrocidades que no me ocurren a mí porque estoy agazapada donde veo y no se me ve. Es este sueño el que vivo como una pesadilla al ver tantísimo sufrimiento que acabará en muerte.

Soñar con personas torturadas

¿El hipocampo cerebral? ¿Traumas? ¿Deseos? ¿Preocupaciones? ¿Premoniciones? ¿Qué función crees que tiene soñar? ¿Tienes un sueño que te gustaría contar? ¿Una página que recomendar?

CÓMPLICES Y EXTRAÑOS de Sebastián Felgueras

Sabéis que cuando leo en otros blogs entradas que me cautivan os redirijo a ellas porque quiero que sintáis la belleza que yo al leerlas. Otro placer para leer, una poesía escrita por Sebastián Felgueras en su blog:

Cómplices y extraños

https://wp.me/p7UQS8-DB

LOS LOCOS VAMOS PERDIENDO ESTRELLAS AL CAMINAR…

Cuando los locos sean valorados como los mejores, por su inocencia pueril, esta vida en un planeta perdido en un Universo cualquiera dejará de estar lleno de miles de millones de soledades.

Las personas no somos nada importante y hasta algo que no ven nuestros torpes ojos, cualquier virus, se empecina en que alcancemos esa comprensión. Si se cree que muere quien tiene su carne pudriéndose, no está yendo más allá de lo que los sentidos, limitadísimos como este cerebro nuestro pequeño y gregario, enseñan.

No somos eso, que contagia mierda hasta después de ser inerte. Ese traje prestado que es tenido como lo más importante. El valor real de lo perecedero es cero y trae la soledad, rompe lo eterno del amor y las cosas que nunca acaban. Lo que siento y digo no lo dice mi cuerpo porque soy más, soy fantasía, honradez, sinceridad, prudencia, soy tiempo sin fin.

Esa rabia contra la falta de individualidad en las masas, contra la persecución a las mentes libres, hace estrofas de canciones gritadas desde el alma: «Tendría que llorar o salir a matar…»

A veces hablamos y otras callamos, ¡ay, los locos!. Somos esas gentes que siempre tenemos la soledad por eterna compañera, sensibles en exceso para esperar que las promesas se cumplan, que el vacío se llene de algo más que aire cuando hay palabras dadas. Somos amantes hasta la extenuación en un lugar donde no cabemos del todo.

Unos poetas, otros pintores o músicos, algunos sin ni siquiera arte alguno, otros incapacitados por el criterio de los otros y por nuestro deseo de hacer cuando solamente tenemos que ser. En ese terreno ganamos, no tenemos filtro, somos y por ser hemos perdido todas las máscaras, salimos a la calle sin ninguna y nos señalan quienes las tienen. Khalil Gibran lo escribió bien y, si no lo recordáis, leed la primera historia de su libro «El loco».

Somos los que vemos el elefante dentro de la serpiente en el dibujo de El Principito. ¿Porqué no ves un sombrero como todos? No puedo, ya no, porque los locos no son los que alucinan, no son enfermos, sólo son diferentes, incomprendidos y sí, confiados donde los otros ven oportunidades de engañar, traicionar, hacerse dueños de nuestros anhelos bellos para olvidarlos a continuación. Los sueños son nuestras certezas, el eco de la música, la paz de una habitación donde escondernos de todo, los detalles mínimos…

Los locos vamos perdiendo estrellas al caminar, acumulando risas ajenas, ensordecidos por el ruido vulgar, con una maleta llena del pasado que nos construyó y no queremos vaciar, nos haga sonreir o poner muecas de dolor: Confeti, gritos, luz de luna, lágrimas, caricias, golpes, logros, traspiés, bueno y malo. Todo sirve.

Tropezamos en la misma piedra, no porque no aprendamos, sino porque somos niños siempre, tengamos la edad que tengamos, por aquello de que el hábito no hace al monje y la edad no se lleva nuestra forma de ser. Nacemos, crecemos, vivimos con lo que otros, los que encajan en este lugar pequeño del Universo, llaman locura. ¡Ay, los locos! Que nos dejen serlo para trascender la mediocridad tan extendida.

Si no nos entienden solamente nos hace perder algo material, que nos mete contra nuestra voluntad en ratos de cordura. Nos intentan robar las nuevas máscaras construidas para pasar desapercibidos entre ellos, no aguantamos tantas miradas lúcidas ni tanta falsedad disfrazada y necesitamos descansos. Sentimos ecos de lo perdido, porque el olvido entra y sale en el paradógico caos lleno de órden del Universo. La esperanza es la confianza del loco, el presente, porque el futuro… no existe. Dame hoy una sonrisa y una verdad, a la vez, sin separarlas.

Nota para entender la canción: «Piantao» es un término que significa «enajenado», «loco».

Y como toda innovación creativa, loca, genial, esta canción fue abucheada en su estreno por los que no tienen la fortuna de ser locos.

Pobrecitos esos tan normales que tienen que clasificar y encorsetar o, si no lo hacen, son ellos los que están perdidos.

Cuadro «Balada para un loco» de Alicia Toscano

Nueva experiencia: VIVIR MAS NATURAL

Tengo que reconocer que es la primera vez que estoy en un camping. Afortunadamente paso de los 50 años y aún tengo mucho por descubrir.

No me han faltado propuestas para hacerlo. Pero la calidad de la cama para mí es muy importante y siempre me lo habían dicho para hacerlo en una tienda. Por eso me había negado, porque sé lo que precisa mi espalda.

En cambio la caravana tiene una cama de primera. Tanto que el reloj deportivo que llevo registra lo nunca visto, que duermo más tiempo en sueño profundo que en superficial. En casa es al revés, por el ruido de la ciudad, supongo.

Las experiencias nuevas siempre me cuestan darle vueltas a la cabeza y no estaba muy animada al principio. Pero la compañía era mi amor que siempre me dice: «Está controlado, tu confías en mí y si no te gusta se cancela». Me da mucha tranquilidad.

Al lado de la playa el sonido del mar día y noche es relajante, agradable, se te mete por los poros de la piel y te hace volar como las gaviotas. Mirar su color cambiante y la espuma de las olas es algo en lo que poder detenerte todo el tiempo del mundo. Despertar, mirar por la ventana y sin ni haberte levantado contemplar su grandeza. Para una mujer nacida tierra adentro, que lo vio por primera vez con 11 años, resulta una invitación a contemplar esa brava a veces y otras dulce naturaleza.

Llevo 3 meses así. La pandemia de COVID-19 no está ni estaba para plantearse otras aventuras y ha hecho que el camping esté menos ocupado, para mi en particular una ventaja. Tanto es así que me resisto a regresar a la ciudad ahora que la DANA nos hizo bajar de la duna a otro lugar con árboles, más resguardado y con el mar igual, aquí al lado.

Los perros han tenido su cambio también, siempre en la calle. La perra, con 8 años, ha aprendido a recoger la pelota que le tiramos, a nadar por primera vez entre olas buscándola y bucear. ¡Si pudiera hablar esta loquita que llora cuando oye a una lorita de otra parcela, anhelando verla toda enamorada del pájaro!. Tiene sus agapornis y prefiere lo imposible, así es ella. El perro es diferente, se tumba, sólo se moja las patitas en el agua, sale a saludar a las personas que pasan por la calle, mucho más tranquilo. Deseoso, de vez en cuando, de subir a la caravana a echar una siesta, en casa resguardado.

Hemos hecho actividades, como compartir con familiares y amigos. Una escapada para, por primera vez, probar lo que es bucear con botella. Siempre me había preguntado cual sería la sensación de respirar así, aire de un aparato en lugar del normal. Es genial, cuando inhalas sin ningún esfuerzo y exalas ese montón enorme de burbujas.

¡Lo que es la adrenalina!. Al ir en la barca neumática al lugar de buceo iba muerta de miedo por la velocidad, lo mismo al echarme al agua antes de ponerme la botella. Pero la adrenalina se acaba y ahí empieza lo bueno: Bajar tranquila sujeta por el monitor, ver el fondo que está a 8 metros, tocar ese verdor, ver peces de todos los colores y tamaños. El tiempo se detiene, no hay nada más que ese lugar y momento. Esto me hace pensar en la atención consciente del mindfutness sobre la que estoy leyendo.

Se oye el movimiento de las hojas de los árboles y el mar. Siempre el mar, la mar, como diría el poeta. Apenas alguna voz lejana. Se respira tanta paz que una se siente tentada de no volver a la realidad, de quedarse para siempre en este oasis de juegos en la tablet, lecturas, televisión a la carta gracias a la tecnología, meditación, mirarse por dentro sin hacer nada, fumar un cigarrillo con una cerveza 0,0… Esperar su vuelta con las anécdotas del trabajo.

Aún en esta situación de vivir sin trabajar, porque la vida lo dispuso así, el lunes recomienza la vida urbana con las clases de música, el deporte, las citas médicas y veterinarias, el relleno habitual del que he estado exenta tres meses. Esto es como perderse en un lugar paradisíaco… sin ni salir de la provincia, cerca, muy cerca.

Saben vivir estos pocos extranjeros o españoles que están aquí ni se sabe por cuanto tiempo. He tenido el verano más bello de mi vida entera.


Y pasó un tiempo desde lo escrito hasta aquí.

Es otoño, 27 de octubre. Me afecta el cambio al horario de invierno, la disminución de horas de luz diurna. El estado de ánimo se baja y hemos decidido pasar la semana en este lugar porque me sienta genial.

Hoy acabo de dar un paseo, dentro de la soledad de las mañanas. Fumaba un cigarrillo frente al mar. No hay gente casi, sólo privilegiados, la mayoría alemanes.

Mi alma dice para sí en ese momento:

«El mar me habla, me dice que el puede con ese virus.

Los gorriones revoloteando me hablan, me dicen que son la naturaleza que sigue viva.

La soledad me habla, me dice que puedo hacer o dejar de hacer mis actividades porque no pasa nada.

Mi caravana me habla, me da la seguridad de no necesitar reunirme con la gente.

Mi mente me habla, me dice que vivir así, sencillamente, sin necesitar transgredir las normas de contención de la pandemia, cómoda en cualquier restricción, es estar más equilibrada de lo que creo. No necesito bares, fiestas, cercanías, peligros.

Mi corazón me habla, me dice que esperar su vuelta del trabajo es, en esta paz, la alegría de ser como mis perros, cariñosa, loquita, sencilla, saltarina y expresiva.

No necesito nada más.»