LOS LOCOS VAMOS PERDIENDO ESTRELLAS AL CAMINAR…

Cuando los locos sean valorados como los mejores, por su inocencia pueril, esta vida en un planeta perdido en un Universo cualquiera dejará de estar lleno de miles de millones de soledades.

Las personas no somos nada importante y hasta algo que no ven nuestros torpes ojos, cualquier virus, se empecina en que alcancemos esa comprensión. Si se cree que muere quien tiene su carne pudriéndose, no está yendo más allá de lo que los sentidos, limitadísimos como este cerebro nuestro pequeño y gregario, enseñan.

No somos eso, que contagia mierda hasta después de ser inerte. Ese traje prestado que es tenido como lo más importante. El valor real de lo perecedero es cero y trae la soledad, rompe lo eterno del amor y las cosas que nunca acaban. Lo que siento y digo no lo dice mi cuerpo porque soy más, soy fantasía, honradez, sinceridad, prudencia, soy tiempo sin fin.

Esa rabia contra la falta de individualidad en las masas, contra la persecución a las mentes libres, hace estrofas de canciones gritadas desde el alma: «Tendría que llorar o salir a matar…»

A veces hablamos y otras callamos, ¡ay, los locos!. Somos esas gentes que siempre tenemos la soledad por eterna compañera, sensibles en exceso para esperar que las promesas se cumplan, que el vacío se llene de algo más que aire cuando hay palabras dadas. Somos amantes hasta la extenuación en un lugar donde no cabemos del todo.

Unos poetas, otros pintores o músicos, algunos sin ni siquiera arte alguno, otros incapacitados por el criterio de los otros y por nuestro deseo de hacer cuando solamente tenemos que ser. En ese terreno ganamos, no tenemos filtro, somos y por ser hemos perdido todas las máscaras, salimos a la calle sin ninguna y nos señalan quienes las tienen. Khalil Gibran lo escribió bien y, si no lo recordáis, leed la primera historia de su libro «El loco».

Somos los que vemos el elefante dentro de la serpiente en el dibujo de El Principito. ¿Porqué no ves un sombrero como todos? No puedo, ya no, porque los locos no son los que alucinan, no son enfermos, sólo son diferentes, incomprendidos y sí, confiados donde los otros ven oportunidades de engañar, traicionar, hacerse dueños de nuestros anhelos bellos para olvidarlos a continuación. Los sueños son nuestras certezas, el eco de la música, la paz de una habitación donde escondernos de todo, los detalles mínimos…

Los locos vamos perdiendo estrellas al caminar, acumulando risas ajenas, ensordecidos por el ruido vulgar, con una maleta llena del pasado que nos construyó y no queremos vaciar, nos haga sonreir o poner muecas de dolor: Confeti, gritos, luz de luna, lágrimas, caricias, golpes, logros, traspiés, bueno y malo. Todo sirve.

Tropezamos en la misma piedra, no porque no aprendamos, sino porque somos niños siempre, tengamos la edad que tengamos, por aquello de que el hábito no hace al monje y la edad no se lleva nuestra forma de ser. Nacemos, crecemos, vivimos con lo que otros, los que encajan en este lugar pequeño del Universo, llaman locura. ¡Ay, los locos! Que nos dejen serlo para trascender la mediocridad tan extendida.

Si no nos entienden solamente nos hace perder algo material, que nos mete contra nuestra voluntad en ratos de cordura. Nos intentan robar las nuevas máscaras construidas para pasar desapercibidos entre ellos, no aguantamos tantas miradas lúcidas ni tanta falsedad disfrazada y necesitamos descansos. Sentimos ecos de lo perdido, porque el olvido entra y sale en el paradógico caos lleno de órden del Universo. La esperanza es la confianza del loco, el presente, porque el futuro… no existe. Dame hoy una sonrisa y una verdad, a la vez, sin separarlas.

Nota para entender la canción: «Piantao» es un término que significa «enajenado», «loco».

Y como toda innovación creativa, loca, genial, esta canción fue abucheada en su estreno por los que no tienen la fortuna de ser locos.

Pobrecitos esos tan normales que tienen que clasificar y encorsetar o, si no lo hacen, son ellos los que están perdidos.

Cuadro «Balada para un loco» de Alicia Toscano
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BLUES Y ROCK EN EL CUERPO

Un blues

En mis clases de guitarra eléctrica he aprendido que el 90% de lo importante en la música es el ritmo. Hablando de la música moderna, la popular del siglo XX hasta nuestros días, hay dos ritmos que han marcado todo lo venido después, dos patrones ya clásicos. Los negros esclavos de las plantaciones cercanas al Misisipi hacían sus instrumentos con lo que tenían a mano, así tocaban y cantaban sus penas. Ellos en un ritmo 4/4, que son cuatro corcheas por compás, alargaban la primera y la tercera corchea casi a corchea y media. Es el ritmo con swing del blues.

Batería con ritmo de blues

Yo a este swing lo llamo una cadencia rítmica, que se repite igual pero no es simétrica. Aquella música llegó a los oídos de los blancos y se inspiraron para hacer una música muy parecida, de hecho se puede tocar los mismos temas con este ritmo de blues o con el ritmo blanco, que no tiene swing, el totalmente simétrico, el rock.

Batería con ritmo de rock

Ahora vivimos en un mundo globalizado, de mestizaje, y se tocan ambos estilos hasta en los países orientales, no se diferencian razas en la música ¡Qué bueno!. En otra entrada ya dije que es el lenguaje universal.

Me gusta pensar y asociar, por eso me trasladé a mis conocimientos médicos y me di cuenta de algo curioso. Escuchemos:

Sonido del corazón
Pulso

El corazón suena a blues y el pulso periférico a rock. Ambos están en nosotros y nuestra vida, porque esos sonidos marcan el estar vivo de una persona sana. El motor corazón suena en la sístole y también en la diástole (contracción y dilatación ventricular) y no coinciden en el tiempo medio, con lo que su ritmo sonoro es «diástole-sístole—-diástole-sístole—-diástole-sístole». Recientemente he leído que se estaba barajando la posibilidad de que en el corazón hubiera también parte emocional, de hecho es la zona del tórax la que tiene sensaciones percibidas físicamente en el amor (las mariposas famosas) y en el desamor (como vacío)
https://www.vix.com/es/btg/curiosidades/8051/el-corazon-si-influye-en-las-emociones-humanas

Aquella tristeza de la explotación de los africanos llevados a América, aquellos corazones rotos, crearon el blues y parece tener mucha lógica aunque es una cosa que he asociado yo, no he oído ni leído nunca esta forma de verlo. Hay muchas más influencias pero ésta tiene que ser una. El rock, en cambio, pulsa como el cerebro y el resto de los órganos. Es el resultado del empuje que el corazón da a la sangre, que afecta a la zona límbica donde reside la emotividad cerebral y también a todo lo que somos como ser humano. Es mas sencillez, más métrica y también una historia de menor sufrimiento, música que también suena a gloria.

Somos música todos y cuando suena es difícil quedarse quieto y no seguirla.

Empezamos con un blues así que acabaremos con un rock.

Rock