EL TAMAÑO DE UNA PERSONA

Cuando encuentro entradas de otros blog que me impresionan, me motivan, sabéis que os las pongo para que también podáis disfrutar como yo.

En esta ocasión tenéis esta maravilla sobre lo que hace grande o pequeña de verdad a una persona. Un texto bello y lleno de contenido.

Del blog EL AMBIGÚ DEL YOGA:

EL TAMAÑO DE UNA PERSONA

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INSEPARABLES ELLOS, INSEPARABLES TÚ Y YO

En la entrada anterior os hablaba de la llegada del pequeño Joda. El pollito agapornis ya no toma la papilla que le preparaba y le daba con una jeringuilla. Come normal solo.

Hace una semana él y la bonita Joss han volado por la casa juntos. Ya conviven los dos en la jaula grande y Joss se hizo la dura al principio. Joda es insistente, por eso ahora se llevan muy bien, los dos pegaditos demostrando lo que es un pico, con sus besos y arrumacos.

Joda, verde agapornis roseicollis. Joss, azul agapornis personata.

Da gusto vivir en una casa donde reina la paz y el amor.

El confinamiento para muchos ha sido un martirio porque ha separado parejas. El mío ha sido una luna de miel, con días de ansiedad ya casi olvidados. Queda el poso, para siempre, de haber consolidado más aún nuestra relación de pareja.

Son tan bellos los pasos comunes, los ojos que te miran y miras con tanta ternura. El deseo de cuidar, el sentirse cuidada. El amor es un abrazo eterno, el infinito del alma, el centro de la felicidad, la confianza, el respeto.

La magia existe dentro de los corazones que se encuentran y se unen para adorarse, admirarse, emocionarse a la vez; para crear un mundo que es tú y yo, al lado del otro mundo que son todos los demás.

Quien no ha vivido eso ni remotamente lo imagina. Es lo contrario del egoísmo, del miedo, de la exigencia. Sé que estando a mi lado creces y yo también crezco, más ni te pongo pegas ni tú a mí, nos cogemos de la mano y todo lo que surge es mejor y espontáneo.

Todo es más fácil porque estás y eres el centro de mi vida. Eres mi hogar, vayamos a donde vayamos. Que nadie me diga que convivir es difícil, pues lo difícil es pensar que no estuvieras cuando miro como duermes a mi lado.

TENER MAS VIDA EN CASA

Las últimas entradas han sido casi todas de educación sanitaria sobre el nuevo coronavirus que nos trae de cabeza al mundo entero.

Hoy os cuento una reflexión. Porque este confinamiento ha dado tiempo para reordenar en parte nuestras vidas. Unas veces para bien y otras para mal, mucho varían las gentes entre sí.

Creo que todos hemos valorado más la importancia que tiene nuestro hogar y las comodidades dentro de él. Hemos pensado en quienes estaban muy cómodos en grandes casas con jardín, piscina, etc. y en los que estaban hacinados en viviendas pequeñas y algunas insalubres.

Yo me he sentido bien en casa, de 2 personas en un piso de 90 metros, con balcón al exterior, donde da el sol, y patio interior. La televisión por cable se ha hecho más amiga que nunca, con la amplia oferta de películas y series. Tiempo para jugar online y de redes sociales. Tiempo para leer y para pensar.

También para analizar el comportamiento de la población y animarse a cumplir las normas que el gobierno de España nos ha ido dando. Siempre desde la opinión personal crítica que nunca coincide del todo, como en el tipo de mascarillas a usar, bien lo sabéis. Pero arrimando el hombro con la lógica del civismo en tiempos de pandemia, con la consciencia de la necesidad del estado de alarma y siguiendo los hashtag #yoapoyoalgobierno y #yomequedoencasa.

Desde niña he tenido pajaritos en casa. Los periquitos son incontables. En octubre del año pasado murió el abuelo, así le llamábamos, porque vivió más que ninguno antes, 13 años llenos de vitalidad hasta su final. Fumador pasivo porque mis pájaros viven en el salón, al lado del balcón.

Despedida de Vito

Decidí cambiar de pájaro, una psitácida diferente. Adoro a estos animales tan inteligentes. Compré un agapornis que heredó la jaula.

En este largo tiempo en casa he mirado mucho esa jaula. No está sexado (hace falta un análisis de sangre) pero por la anchura de la pelvis parecía hembra. Se llama Joss, nombre que significa campeón o campeona.

Ella piaba, cantaba, aparentemente feliz. Pero no podía volar. Tras mucho observar me fui a leer sobre los agapornis. Encontré que son las primeras psitácidas que, aún siendo pequeñas, se consideran ya loros. Esto implica que necesitan jaulas de tamaño más grande, como las ninfas, cotorras o yacos.

Ella siempre vive confinada. No 2 meses, que han hecho a más de una persona desquiciarse creyendo que había una perversión de quitarnos derechos donde lo que hay es voluntad de preservar nuestra salud y vida.

Vistas las medidas necesarias compré la jaula en Amazon, porque las tiendas de mascotas sólo vendían comida para nuestros compañeros de viaje. Lo demás por internet.

Joss se quedó estupefacta. No dejó un rincón sin inspeccionar y aún sigue midiéndose las distancias, mucho más alegre. Además la jaula se puede abrir por arriba y dejarla estar ahí libre, sin rejas.

¿Sabéis qué significa agapornis? Inseparable. Son pájaros cariñosos al máximo. Este lunes pasado nuestra Comunidad Autónoma entró en la fase 1 de desescalada y con ella por fin abrió la tienda de mascotas.

Un «inseparable» necesita compañía. Había hecho muchas cosas mal con Joss, que no fuera feliz sin enterarme, desde que entró en la familia.

Ayer fui a por un pollito, un agapornis papillero al que tengo que alimentar con una jeringa. Su jaulita al lado de la de Joss.

El pollito no puede aún subir al palito, me dijeron. Pues nada más poner las jaulas juntas el papillero subió al palito y Joss no se separa de estar lo más próxima que puede al pollito.

El pequeño se llama Joda porque es verde y recuerda al pequeño Joda de la serie Mandalorian. Tiene una vitalidad desbordante, va por los alambres de su jaula, se mira en el espejo que tiene, arregla sus plumas (aún le faltan algunas), aletea que no vuela, claro.

Lo interesante es que tiene aproximadamente mes y medio, ha nacido durante esta pandemia y su confinamiento, a principio de abril. Qué maravilla ver cómo, a pesar de nuestros nervios, nuestras inquietudes, miedos, la vida sigue abriéndose paso.

También habrán nacido miles de niños, miles de esperanzas y sueños para un mundo mejor, para un mundo lleno de vida y solidaridad, cariño, equilibrio natural y bondad.

Hay una terrible crisis económica con un único culpable, el SARScov-2. Si la vida se abre paso con fuerza siempre, a pesar de enfermedades, cambio climático, desastres, seamos humanos y logremos un mundo justo global donde no haya nadie sin comida, agua potable y vivienda. Salarios dignos, más redistribución de la riqueza, menos sinvergüenzas, menos piedras en el camino puestas por otro.

Un mundo respetuoso y digno para todos es posible, que pueda enfrentarse a las próximas adversidades mejor que a esta. Porque siempre habrá egoístas, se les ve donde están, pero que no puedan estropear más es misión de todos los sensatos y moderados.

ABANDONADO

Hay historias impresionantes en los blogs que una sigue. Esta me ha conmovido y quiero rebloguearla. Plasma la humanidad de un pequeño ser y la poca que tenemos muchas veces los que nos llamamos humanosinhumanos más bien.

De: LetrasyPoesía.com

Que sirva para concienciar de lo importante que es cuidar a los seres vivos de los que somos responsables si nacen. Hay que adoptarlos y también esterilizarlos antes de que ocurran tragedias, porque los ángeles no merecen nuestro desprecio y abandono.

EL ABUELO SE HA IDO

Tenía una vitalidad desbordante. Hoy se acabó. Hace pocos días colgaba una cinta pequeñita, por el pequeño periquito Lucky, en el árbol de recuerdos de nuestras mascotas del bloguero Jon Ícaro. Lucky se fue con 5 años. No sospechaba que tan pronto tendría que volver para poner la cinta de su marido, el abuelo Vito de 13 años.

A las 00:00h Vito ha partido. Está bello incluso muerto. Hasta hace un par de días piaba y estaba feliz como si fuera jovencito. Ya le llamábamos el abuelo porque soñábamos que iba a estar siempre, eterno. Ningún periquito en mi vida había sobrepasado los 8 años. Pero Vito era diferente, muy fuerte, vital, juguetón.

Cuando estaban juntos Vito y Lucky eran muy diferentes. En aquella jaula llena de periquitos y periquitas de una tienda que ya no existe, Lucky iba detrás de Vito que se dejaba conquistar. Lucky aún no tenía la zona clara alrededor de los ojos que les sale cuando tienen 6 meses. Vito sí, era un poquito más mayor. Lucky era el loquito y Vito el serio.

Cuando a Lucky se le fue su corta vida Vito cambió, como si hubiera recogido el espíritu de Lucky, se hizo más activo, estirando del espejo de su jaula, descolgando un lado de la escalerita, subiendo al columpio. Su juego favorito bajar al comedero, coger un solo grano de mijo, subir al palo y estar un rato dándole vueltas en el pico. Lo repetía y repetía, muchas veces. Por las noches piaba y no dejaba oír la televisión. «Calla, que no oigo la película» decía mirándole, contenta.

Más tarde llegaron los peludos. Aquellas dos cabezas estiraban el cuello para verlos pasando por debajo. Hasta que tuvieron costumbre de ver a los perros sin prestarles atención. A veces me decían por teléfono «¿Estás en tu casa o en la selva?». Son los periquitos, decía yo, y Vito mantuvo el sonido de selva hasta el final.

Hoy ha pasado la parca y se ha llevado su vida. Justo a las 00:00h de este 9 de octubre, día de la Comunidad Valenciana, el abuelo valenciano, luchando, como el era, dejó de respirar. Es el día de la típica «mocaorá» de San Dionis, que se regala a la amada, costumbre valenciana que consiste en mazapanes con forma de frutas, el tronaor y la piuleta, envueltos en un pañuelo para el cuello.

Este año no hay mocaorá, hay que salir a enterrar al abuelo Vito. No quiero ir a dormir, porque su pequeño cuerpo está en el salón y mirarle, velarle, me aparece. Que menos después de todo lo que nos ha dado en tantos años. Última noche para agradecerle haber sido tan bueno.

El abuelo se ha ido… es inevitable sentir tanta pena. Aunque el vuela libre en algún sitio, con su querido Lucky, porque hacía 8 años que no se rascaban las cabezas y se daban besitos. Mis dos machitos ya continúan su amor, es lo que quiero creer porque es lo que merecen.

A las 12:30h le hemos enterrado. En la tierra; sobre el 5 pequeñas piedras y apoyada encima una cruz con dos palitos de matorral, sin atar tumbada en un equilibrio mínimo. Se la llevará la primera ráfaga de viento que haya, frágil como somos todos, al borde de perder nuestro propio equilibrio. Adiós, mi niño.