CUMBRE DE CALIDAD HUMANA, AÑO 2020

Poco sospechaba el día 1 de diciembre de 2019 que la Cumbre de Calidad Humana iba a ser tan pronto y como está siendo.

https://eluniversodemanuela.home.blog/2019/12/01/emergencia-climatica-y-de-calidad-humana-3/

En estos momentos están confinados en sus casas, saliendo solamente a lo preciso, 4.000 de los 7.600 millones de personas que hay en el planeta Tierra.

El planeta se limpia y renueva de contaminaciones varias mucho más de lo esperado en la Cumbre del Clima del año pasado, que concluyó pocas cosas, como suele pasar.

Nada más y nada menos que 4.000 millones de asistentes a la cumbre de calidad humana. La duración no se sabe, pues ni empezó a la vez en todos los países ni acabará al mismo tiempo. Las peculiaridades son que abarca a personas de todas las edades y no es necesario tener conexiones a internet todos los participantes, no podremos hacer conclusiones comunes y también hay muchas desigualdades entre unos y otros.

Metidos en nuestras casas hemos descubierto cuáles son las profesiones más importantes en realidad. No las voy a nombrar exaustivamente porque me dejaría alguna. Y me gusta pertenecer a una de ellas aunque mi incapacidad permanente no me permita actuar más que haciendo educación sanitaria, que hace mucha falta.

Cada caso es un mundo, desde grandes millonarios disfrutando de sus mansiones y jardines a familias muy numerosas metidas en pisos de menos de 50 metros. Gente casera que no lo pasamos tan mal y gente muy salidora a la que parece caérseles la casa encima.

En España sabemos cuando son las 20h sin reloj, por los aplausos desde las ventanas y balcones a los sanitarios y todos los otros profesionales que atienden los mínimos para que tengamos un orden: los medios de comunicación, agua, electricidad, teléfonos y redes sociales, comida, calles limpias, etc.

Voy a fijarme en el personal de limpieza, importantísimo y muy mal pagado ¿Porqué si es tan importante? La labor de las fuerzas de orden público y el ejército, criticados por los mismos que ahora quieren tener su ayuda. Los trabajadores que hacen posible montar hospitales improvisados, las industrias que han cambiado su producción para hacer materiales necesarios. Y es que habíamos descentralizado tantas cosas por conseguir la mano de obra más barata de otros países… por usureros.

El personal sanitario ha trabajado sin la mínima protección exigible, en un sálvese quien pueda de los países del mundo a la compra de lo que no fabrican sus industrias. Así hemos visto como enferman e incluso mueren y esa atención de primera línea de contagio no se hace por dinero, se hace por vocación de servicio y cuidado a los demás. Esa es nuestra sanidad pública, diezmada por recortes y privatizaciones, dando la cara después de que aprovechados y tacaños le pusieran sus zancadillas.

Acabo de oír en la televisión que la Organización Mundial de la Salud, esa que en su mayor parte está financiada por USA, Bill Gates y las multinacionales farmacéuticas, está muy preocupada por la extensión del SARScov-2 en África, el continente siempre olvidado.

¿Cómo vamos a salir de esto que yo llamo, para añadirle algo positivo, Cumbre de Calidad Humana? Con un mundo más empobrecido seguro, con la población disminuida seguro, con desigualdades aún más grandes que las de antes seguro.

Hemos mejorado, paradójicamente, el contacto con nuestros allegados. Nos interesa saber cómo se encuentran, como están viviendo el confinamiento y muchas veces con ganas de dar atenciones a quienes no podemos porque no les tenemos al lado.

Nos hemos preocupado por los ancianos y hemos descubierto la realidad de que muchas residencias de mayores privadas eran desastrosas, cuando en realidad ya lo sabíamos antes pero mirábamos a otro lado. Se nos han caído las caretas hipócritas. También residencias modélicas y la entrega de sus trabajadores, una alegría.

Hemos visto que al proponer el gobierno una renta mínima básica los representantes del empresariado han puesto el grito en el cielo. Que se mueran de hambre los damnificados de esta crisis parece entenderse a simple vista.

Un gobierno que trabaja al máximo, sea laborable o festivo, poniendo todo de su parte para gestionar algo que en ningún lugar del mundo se ha previsto, en vez de verse apoyado por todos los partidos políticos y los ciudadanos, se ve vapuleado.

Llevan sólo meses gobernando y ni les ha dado tiempo a aprobar unos presupuestos generales del estado. Tienen los mismos 3 años ya y no están hechos por ellos sino por la oposición. No me gusta ese nombre de «oposición» cuando la calidad como personas sería ir todos a una en la emergencia, para tener el menor número de enfermos y pobres cuando amaine este temporal.

Y ese grupo económico llamado Unión Europea tampoco se pone a hacer lo de ir todos a una. A mí el dinero empieza a parecerme algo que la gente valora más que la salud o la vida, increíble.

Nuestras minisociedades de familiares, amigos, vecinos, conocidos, han mejorado en general. Siempre hay casos y casos, la violencia de género ha aumentado por desgracia. Yo siento que mi gente valora mas los afectos, es más cariñosa aunque no podamos tocarnos ahora.

Pero la sociedad grande, en el lugar de Occidente que nos ha tocado vivir, es una decepción. La sociedad de consumo se ha roto y es la que sostiene esta irrealidad, esta nebulosa del crecimiento permanente para sobrevivir. Vamos a continuar en el mismo sistema capitalista, el egoísmo de que mejor pierda el otro aunque le cueste la vida. Si no murió en unas manos no hay culpa.

Esta cumbre de la que sacar más calidad por dentro como personas la ha empezado la naturaleza, siempre que no busquemos teorías conspiranoicas. La naturaleza nos habla y es brusca, como una leona cazando o un volcán en erupción. Por eso la vemos injusta cuando se nos lleva a un ser querido a otra dimensión, aunque esa naturaleza ha hecho que podamos pensar, dialogar, ser altruistas, cuidadores, amadores y amados.

Tenemos libre albedrío a costa de haber perdido instintos, esos instintos que hacen que un animal no dé su comida a otro mientras una persona sí puede hacerlo y lo hace muchas veces. Si sirve para criticar en vez de hacer posibles soluciones, quitar dinero a un pobre y dárselo a un banco o a una gran empresa, insultar a los que dirigen lo mejor que se puede una hecatombe de dimensiones desconocidas aún… no hemos aprendido nada de esa libertad de hacer lo que queramos.

Muchos no aprenderán. Esos que han desoído las normas para irse igual de vacaciones, esos que quieren en medio de esto quitar un gobierno, no aprenderán. Ni los que no hacen honor a la Unión Europea porque toman decisiones que desunen.

Tampoco los que sólo miran qué sucede en el propio país sin acordarse de otros lugares donde todo será mucho peor. Está claro que nos enteramos más de lo que más cerca está y que por ejemplo mis pensamientos, metida en casa, que son de España, no diferirán mucho de los de personas poco conflictivas de otros lugares de este planeta.

Tenemos una oportunidad, otra más, de cuidar al planeta y de cuidarnos entre nosotros, pero nosotros todos, sin distinción más allá de lo bueno y lo malo. No me valen cortapisas de diferente cultura, religión, estudios, nivel social, cantidad de dinero en el bolsillo, idioma, sexo, roles, profesiones, leyes absurdas ¡ya no!

Lo bueno y lo malo es algo que está en el subconsciente colectivo común a todos y cuando nos desnudamos de lo de fuera, cuando llegamos a nuestro fondo más interno, a partir de una corta edad se distinguen perfectamente.

Cada cual, de esta Cumbre improvisada de calidad humana, sin preparación previa, sin unas conclusiones comunes que consensuar al final, cuando salga del confinamiento revelará su conciencia.

Si pones un grano de arena puede haber una playa con muchos mas. Según haya más personas que lo pongan o más que lo quiten, algo sucederá, y esperar a ver que hace el de al lado no sirve, porque hay que pensar y sentir uno mismo la bondad y obrarla. Las palabras bonitas sin hechos no son nada. Dejarse llevar por corrientes engañosas conduce al enfado y la crispación inútiles.

Que tengáis paz, techo, alimentos, salud, momentos para buscar la bondad en vuestro interior, sin miedo, con futuro. Cada uno de nosotros somos la humanidad.

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EMERGENCIA CLIMÁTICA Y DE CALIDAD HUMANA

Se está hablando mucho de la Cumbre del Clima que se celebrará en Madrid próximamente, porque no se ha podido hacer en Chile como estaba previsto. Y la Unión Europea ha declarado la Emergencia Climática.

Tal vez sea una incrédula, porque no creo que salga nada de ella como ha ocurrido hasta ahora, que no sean consejos a las personas individuales y noticias en los medios de comunicación.

Consejos para los ciudadanos cuando el mayor contaminante del planeta es China, y Estados Unidos pasa bastante del tema. Luego nos dicen que las vacas son grandes fuentes de CO2. ¡Pero si desde que empezó la ganadería en la prehistoria hay montones de vacas! Eso sí, te vas a sentir peor, si haces caso, cuando te tomes un vaso de leche, cosa que haces desde que naciste. Porque a mí empezaron a darme leche de vaca pura desde que tenía 3 meses, bajaba peso con la leche de mi mamá. Era un pueblo y la vida muy natural.

Comer carne contamina y nos dicen «háganse veganos», que está muy de moda y lo publicitan como lo más sano. Menos problemas cardiovasculares, en efecto, y más hemorragias cerebrales, también. He leído estudios al respecto.

Las medidas las han de tomar las grandes multinacionales, los grandes multimillonarios, las empresas tradicionales, los estados desde sus legislaciones. Los ciudadanos de a pie somos las víctimas, que caemos en el consumismo y somos manipulados para pensar y vivir como quieran otros, que inventaron está forma de vivir rentable para ellos.

Soy pesimista, las medidas serán mínimas y llegan tarde. Me basta ver lo rápido que se reduce el casquete polar ártico para saberlo.

Lo primero para poner la solución a un problema es ver cómo se ha originado, las causas. Parece ser que es la Revolución Industrial. ¿Desindustrializamos y volvemos a vivir como antes de ella? Sería la mejor solución si, por ejemplo, ante una infección bacteriana usamos antibióticos. Es la lógica.

Lo que ocurre es que algunas personas vamos más allá. Las personas hemos perdido mucha humanidad. Ayer, hablando con una señora de más de 80 años, me decía que había sido muy feliz con su marido mientras había vivido. Recordaba la celebración de las bodas de oro y se le iluminaba la cara. Solamente pude decirle que me daba mucha envidia sana, porque ahora nada dura tanto. Se ha perdido mucha calidad humana, las personas han cambiado, no sé si es efecto del cambio climático o el cambio climático es efecto de esta otra emergencia.

¿Hay cumbres para estudiar la emergencia en calidad humana? En este siglo XXI está disminuyendo muy deprisa. Las relaciones humanas son mucho más superficiales y la empatía escasa.

Una amistad me contaba un cruce de palabras en WhatsApp:

– Hola ¿Cómo te va? – Recibió después de tiempo sin conversación.

– Bien. Lo que pasa es que mi madre murió hace un mes y no me hago a la idea de que no la voy a volver a ver. Me es difícil superarlo. – Escribió esta amistad.

– Vale, eso es una cosa que se tiene que encajar – y fin de la conversación.

No sé qué sacareis vosotros de esto, yo varias cosas: Se te pregunta cómo estás para que digas «estoy muy bien, me divierto y salgo mucho de fiesta, soy feliz». Como estés de verdad importa un bledo, es más, si dices de verdad que no estás bien, la respuesta «Vale» ya dice mucho. Es una expresión de falta de empatía total, equivalente a «paso, tu respuesta es incorrecta», denota falta de cultura en la forma de expresarse y… el resto de la respuesta es más de lo mismo: «encajalo que tienes obligación de estar bien y como no lo estás fin de hablar».

Mi última pareja me dejó porque yo estaba llorando al tener un problema. Y lo hizo por WhatsApp, que es como se hace ahora, te digo adiós y te bloqueo. Recuerdo el párrafo: «Si tu tienes tiempo de ir ayudando a la gente, yo no. Cuando salgo de trabajar sólo tengo tiempo de ser feliz».

No se trata de niños sino personas de más o menos 50 años.

Necesitamos más seres humanos como esta sabia señora

La OMS dice que la depresión y resto de enfermedades mentales van en aumento. Son enfermedades caracterizadas por el sufrimiento. En paralelo a esta realidad, el deseo de solamente compartir los momentos buenos y divertidos, con huida y distanciamiento en los malos y tristes, también aumenta. La obligación de ser feliz permanentemente y sino aparentarlo.

Todos solidarios de boquilla, con los lejanos. Aunque tras ver los resultados electorales últimos de España, se ve la caída en calidad humana reflejada: demasiado rechazo a las migraciones, los refugiados, los diferentes, porque también son problemas y no, de eso no se quiere ver nada.

¿Este cambio climático es la causa o la consecuencia? ¿O es casual que ambas cosas se estropeen y empeoren a la vez?

No lo sé, sí que incluso una psicóloga me decía no hace mucho:

– Estamos preparados para ser fisonomistas y toda mi vida he acertado, al ver una mirada, que había a grandes rasgos dentro de una persona. Desde hace unos 20 años eso no me sirve, la gente ha cambiado, ha aprendido a mentir muy bien hasta en el lenguaje no verbal.

Las buenas personas que conozco van por la vida con mucho miedo a las relaciones humanas verdaderas, las que van más allá de la superficie. Y tenemos un mundo con cada vez más número de personas que viven solas, con el aumento rápido de la cantidad de mascotas… Porque ellos son de fiar. Ese cambio humano a perder calidad no les afecta, son como siempre, eso sí, con el mismo problema: Que sean alegres y sanos, porque sino pueden ser abandonados, igual que las personas.

Quiero una cumbre de Emergencia de Calidad Humana. También urge.