Es sabido aquello de que «parece sencilla cualquier cosa que no se sabe hacer». Aquello de tener la idea de que se sabe suficiente de casi todo y sino se busca en Google. En algunas chapucillas tal vez sirva, aunque desde acabar electrocutados a quemar la casa, nos arreglamos el enchufe y ahorramos el electricista. Pero no va de bricolaje ni de electricidad lo que quiero hablar, va de RESPONSABILIDAD Y SALUD.
No os va a sonar raro y habréis oído más de una vez algo parecido a esto:
«Tengo faringitis y no voy a ir al médico, total sé el antibiótico que me da y me lo tomo unos días si el farmacéutico me lo vende.»
Habría que preguntarse porqué, si es así, el médico ha estudiado 6 años de licenciatura y después 4 de médico residente de medicina de familia en un hospital. 10 años ¿y no hace falta?
Lo mas frecuente será que esta persona tenga un resfriado común vírico, no necesitará ningún antibiótico y a los 3 días, como se encuentra bien, se olvida del antibiótico. Esa persona pensará que lo ha hecho bien porque se curó, claro, porque era algo que se curaba solo hasta sin tomarse nada. El sistema defensivo funciona. O tal vez había por ahí alguna bacteria que se ha tratado mal, a una dosis inadecuada y menos días de los necesarios, pero era leve y se ha curado.
¿Creéis que estas cosas mal hechas no tienen consecuencias? El médico hubiera valorado si se necesitaba o no antibiótico, la dosis personalizada según cada caso y el tiempo de tratamiento correcto. Los antibióticos exclusivamente los tenemos que recetar los médicos. Si fuera tan fácil y la gente tan lista sabrían que el uso inadecuado y mal hecho de antibióticos es una causa importante de que los microbios sean, con el paso del tiempo, más resistentes y las dosis tengamos que irlas subiendo, o no sean eficaces.
En España tenemos bacterias mas resistentes que en la mayoría de países. Recuerdo hace años, en mi consulta, ver a unas personas de un país del este europeo con un tratamiento de 250mg cada 8 horas de un antibiótico. En España para lo mismo ya dábamos 4 veces más dosis.
España líder mundial de resistencia antibiótica
Un caso resistente:
Una amigdalitis pultacea (unas anginas con placas de pus). Un médico pensionista (bacteria de la calle, no hospitalaria que son las más resistentes en general) está tomando ya el tercer antibiótico, tras 15 días y 2 antibióticos a los que la bacteria era resistente.
No diré los fármacos porque este no es un post de exposición de un caso clínico para profesionales. Es un post de EDUCACIÓN SANITARIA para la población en general.


Un médico (Alguien que sabe tomar los tratamientos bien) ha tenido que ir de urgencia al hospital para ver a un especialista e iniciar un tratamiento de forma endovenosa (un suero en vena, que se entienda bien). Está funcionando, a la tercera por fin.

¿Os dáis cuenta de que por unas «simples» anginas un médico ha tenido que consultar con otros médicos de forma urgente? Es algo que en toda mi vida profesional, para este tipo de infección, yo nunca antes he visto.
Mucha gente muchas veces y haciéndolo mal, creyendo que es muy sencillo tratar unas anginas, es lo que hace que ocurra esto. Por fortuna es una persona sana y no ha habido ninguna complicación. ¿Posibles complicaciones? Desde un absceso en la amígdala (bolsa de pus) a una glomerulonefritis (enfermedad del riñón), entre otras mas.
Hay que ser más responsables. La mayoría de resfriados, faringitis, anginas, son por virus y no hace falta tomar antibióticos. Son medicamentos que tiene que recetar siempre un médico en la dosis adecuada y el tiempo adecuado. El tratamiento es personalizado para cada enfermo y caso. Y siempre se acaba el tratamiento para que la bacteria muera y no se «acostumbre» (que no se vuelva resistente) a ese antibiótico y se quede viva.
Cuando se me estropee un enchufe llamaré al electricista, visto lo visto. Porque como dice el refranero «Cada maestrillo tiene su librillo» y «Zapatero a tus zapatos».
Pingback: CUANDO 12 ESCALONES SON UNA MONTAÑA (EM/SFC) | EL UNIVERSO DE MANUELA