Hace tiempo os hablaba de la teoría sobre el amor de pareja y su triángulo: Intimidad, pasión y compromiso.
El año 2019 no empezó bien, me demostró que efectivamente los asuntos de dos no pueden ser hechos por una sola persona.
No me arrepiento de nada porque ha terminado de una forma apoteósica, haciendo realidad lo que muchas veces, y más en los tiempos extraños que vivimos, nos llega a hacer perder la esperanza.
He estado vagando, buscando un camino, intentando subir montañas donde no las había, a punto de pensar que la vida en estos tiempos no valía la pena. ¿Se había llevado el siglo XXI la magia entre personas?
Aunque sea difícil que pasara, las personas que estamos destinadas a encontrarnos lo hacemos. Y el 2019 ha terminado lleno de ilusión, complicidad y un proyecto común.
Tengo ese triángulo mágico del amor, la convivencia, el presente y el futuro. Un libro y el Amor con mayúsculas, que bello ha sido 2019 al final.

El día que estéis un poco decaídos no olvidéis que basta volver una esquina para, de no tener nada, pasar a tener todo. Sólo hay que deshacerse de lo que pesa y ser valientes. Los premios la vida no los entrega gratis.